sábado, 5 de enero de 2013

Delantal y recetario


Empezamos nuevo año con un post que contiene varias técnicas.

Junto con dos libros de cocina, es el regalo que le hice a mi hermana por su cumpleaños.



El delantal: es el primero que hago y no será el último. Me quedan pendientes al menos dos: el mio y el de mi madre, que puso ojitos cuando lo vio. Las fotos de este post son bastante malas, salieron amarillentas (cosas de no mirar el balance de blancos antes de ponerme a fotografiar >.< ) y he tenido que pasarlas por photoshop. Dicho esto, los vivos son en un color marrón canela muy bonito y creo que en en la foto no se aprecia bien. La tela es tipo loneta, bastante fuerte y seguro que no dejará pasar las manchas facilmente.


La caja-recetario: Está forrada con la misma tela que el delantal y, aunque es la primera vez que uso tela en el cartonaje, el resultado fue muy bueno. En otras ocasiones he usado tela de encuadernar que ya viene preparada para encolar (lleva un papel finito en la parte posterior), no se deshilacha y se trabaja muy bien. Con la que he usado para la caja he tenido que prestar atención en los bordes para rematar sin riesgo a que con el uso se deshilache. De todas maneras al ser una tela con una trama muy tupida se ha dejado hacer estupendamente. El interior y la tapa llevan tela de encuadernar del mismo tono que los vivos del delantal. Un bonito brad, un adorno de chipboard, una puntilla marrón chocolate y el nombre con embossing de color crema hacen el frontal delantero. Y una cinta marrón chocolate con un pespunte en crema bordea la tapa.
 
 
 
Las fichas-receta: Usé una cartulina de un gramaje alto (no me acuerdo del dato exacto...) y con una textura que particularmente me gusta mucho. Busqué una bonita fuente, dispuse los elementos según utilidad y añadí el toque personal: "De la cocina de Rosa". El fondo de las tarjetas lleva las mismas flores que el estampado del delantal y la caja. Estuve dudando si usaba tinta distress para los bordes, pero hice una prueba y al final no me convenció, asi que redondeé las esquinas y listo. Esta forma de guardar las recetas me parece la más cómoda: puedes ir añadiendo tantas como quieras sin las limitaciones que impone un libro o cuaderno, y si alguna se deteriora o necesitas repetirla no tienes que arrancar hojas ni estropear el recetario. Me faltó para completar el conjunto un juego de separadores para mantener ordenadas las recetas, pero no me dio tiempo y se quedaron pendientes.
 

 
 
La caja y las recetas tendré que hacerlas un par de veces más (para la que suscribe y su progenitora), así que haré fotos y si veo que mejoran a las que hay aquí, pues las subiré y completaré el post. Que es una pena lo mal que salieron éstas ...






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